Pan casero

 


¿Cansado del pan del supermercado? Prueba esta receta sin horno

Si estás harto del pan comprado y quieres probar a hacer tu propio pan en casa sin necesidad de horno, ¡esta receta es para ti! Este pan es suave, sabroso y sumamente satisfactorio. ¿Lo mejor de todo? No necesitas horno, y está tan rico que no querrás volver a comprar pan.

Este método único consiste en hervir la masa antes de finalizarla, lo que da como resultado un pan con una corteza ligeramente masticable por fuera y muy tierno por dentro. Perfecto para sándwiches, desayunos o como merienda, este pan se convertirá rápidamente en un básico en tu cocina.


Ingredientes:

  • 5 tazas de harina: La base de la masa. Usa harina de trigo común para una mejor textura.
  • 2 tazas de leche tibia: Activa la levadura y ayuda a lograr una masa suave y tierna.
  • 1 taza de aceite: Aporta humedad y riqueza, haciendo que el pan quede suave y sabroso.
  • 1 cucharada de levadura seca: El agente leudante que hace que el pan suba y quede aireado.
  • 1 cucharada de azúcar: Alimenta la levadura y aporta un ligero dulzor.
  • 1 cucharadita de sal: Realza el sabor y equilibra la dulzura.


Para hervir la masa:

  • 2.5 a 3 litros de agua: Suficiente para cubrir las porciones de masa durante la cocción.
  • 1 cucharadita de sal: Aporta sabor al agua y al pan mientras se cocina.


Instrucciones

1. Prepara la masa:

En un bol grande, mezcla la leche tibia, la levadura seca y el azúcar. Remueve suavemente y deja reposar entre 5 y 10 minutos, hasta que esté espumoso (esto indica que la levadura está activa).

Añade poco a poco la harina, la sal y el aceite. Mezcla hasta formar una masa pegajosa.

Pasa la masa a una superficie ligeramente enharinada y amasa durante unos 10 minutos, añadiendo más harina si es necesario, hasta que quede lisa y elástica.


2. Deja que la masa leve:

Coloca la masa amasada en el bol nuevamente, cúbrela con un paño limpio o film plástico, y déjala reposar en un lugar cálido durante 1 a 2 horas, o hasta que duplique su tamaño.


3. Forma el pan:

Una vez que haya levado, desgasifica la masa (presiona suavemente para sacar el aire).

Divide la masa en porciones iguales, dependiendo del tamaño que desees para tus panes.

Forma bollos redondos u ovalados.


4. Hierve la masa:

Lleva los 2.5 a 3 litros de agua con sal a ebullición en una olla grande.

Coloca cuidadosamente las porciones de masa en el agua hirviendo, de pocas en pocas, sin sobrecargar la olla.

Hierve cada pieza durante 1 a 2 minutos por cada lado, hasta que se inflen ligeramente y se vuelvan firmes.


5. Finaliza el pan:

Retira las piezas con una espumadera y colócalas sobre una bandeja cubierta con papel vegetal o ligeramente engrasada.

Deja enfriar un poco antes de cortar o servir.


Sirve y Disfruta

Este pan se disfruta mejor tibio, recién hecho. Acompáñalo con mantequilla, mermelada o utilízalo como base para sándwiches. Su textura y sabor únicos harán que se convierta en el nuevo favorito de tu hogar.


Consejos de Cocina

Mantén la masa ligeramente pegajosa: No añadas demasiada harina, o el pan puede quedar denso.

Variaciones de sabor: Agrega hierbas, queso rallado o ajo a la masa. También puedes pincelar los panes con mantequilla derretida y espolvorear semillas de sésamo o amapola antes de hervir.

Tipos de queso recomendados: Cheddar, mozzarella, parmesano o feta (para un toque salado y sabroso).


Conservación

Guarda el pan en un recipiente hermético a temperatura ambiente por hasta 3 días.

También puedes congelar las piezas (envueltas en plástico y dentro de una bolsa de congelación) hasta por 1 mes. Descongélalas a temperatura ambiente antes de servir.

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